lunes, 31 de agosto de 2009

¿QUIEN GANA CON LA DECISION DEL PARTIDO CONSERVADOR?


En los últimos años, los colombianos hemos visto como el Partido Conservador ha tomado un nuevo aire. Razones muchas, la democratización del partido, el ejercicio de elegir sus directivas popularmente en lo regional y lo local; e indiscutiblemente la participación activa en el Congreso y en el Gobierno de Alvaro Uribe Vélez, como fruto de un acuerdo que ha permitido hacer viables políticas nacionales de estirpe netamente conservadoras. Este resurgir nos había llenado de aliento para participar en la consulta para elegir nuestro candidato a la Presidencia de la República y enfrentar los comicios del 2010 con una alternativa propia como es menester en todo partido doctrinario y de tradición y que además pretende ser alternativa de poder.

Sin embargo y con asombro, vimos como la semana anterior, las directivas nacionales vuelven por sus fueros y en un conciliábulo casi clandestino, por lo inconsulto, toman la decisión, no de aplazar la consulta, si no mas bien de volvernos a nuestra reciente condición de ser un partido segundón, sin ambiciones sociales y con miedo de buscar ser la alternativa que muchos compatriotas esperaban de nosotros. Queriendo seguir siendo “la fuerza que decide” y no como debiera ser, la fuerza alternativa sobre la cual el país decide. Con toda seguridad quienes tomaron esta decisión, presos de unas prerrogativas personales, por encima de calcular sus consecuencias, se dejaron utilizar.

A quien o quienes beneficia esta decisión, me aventuro a proponer mi teoría y para ello empiezo por decir quienes creo que perdieron. Indiscutiblemente el mayor perdedor es el Partido Conservador, por que a la vieja usanza politiquera toma sus decisiones en el último momento, cuando ya no hay oportunidad de reaccionar, perdió ante la sociedad el poco prestigio que en los últimos años había recuperado como un partido serio. Perdió Andrés Felipe Arias, por que sus copartidarios lo sometieron a dejar pasar su cuarto de hora y más aun lo llevaron a reaccionar en forma equivocada, evidenciando su inmadurez política. Perdieron los candidatos no Uribistas que posan de no Antiuribistas, Fajardo y Vargas Lleras, por que la no consulta conservadora va a permitir que el próximo 27 de septiembre otras fuerzas se midan y se posicionen electoralmente, lo que no harán ellos. El Polo no perdió, perdido estaba con el apoyo de Chávez y con su pelea intestina, que simplemente evidencio que son mas de lo mismo.

Gano Noemí Sanin, quien obtuvo un poco mas de tiempo para atemperar sus pensamientos. Gano el partido Liberal, por que casi que quedo solo en la arena para la consulta y con seguridad obtendrá una votación importante, fruto de los votos que muchos iban a depositar en favor de quienes hoy no estarán y entonces lo harán en favor de un Liberal, y de ellos el mas beneficiado será Aníbal Gaviria, quien en Antioquia obtendrá muchísimos mas votos por cuenta de aquellos conservadores que le tienen gratitud y reconocimiento por su reciente gestión como Gobernador y hoy se sienten en la libertad de agradecerle con su voto.

Lo que pocos ven, es que detrás de todo esto hay una estrategia para garantizar la continuidad de la política de Uribe y esta es mi teoría. El país más que querer la continuidad de Uribe, lo que no quiere es la elección de un antiuribista, llámese Polo o Partido liberal, le tenemos miedo a perder lo ganado. El gobierno sabe que derrotar una propuesta antiuribista es mas fácil que derrotar una propuesta no antiuribista, llámese Fajardo o Vargas Lleras, por eso esta utilizando al Partido Conservador para radicalizar el país en las próximas elecciones presidenciales entre Uribistas y Antiuribistas; y sacar de en medio a quienes realmente son un riesgo para el candidato de la continuidad de la actual política, los no antiuribistas.

Me ratifico en creer que Uribe no ira a la segunda reelección, pero si quiere garantizar la continuidad de sus políticas, y para ello esta utilizando al Partido Conservador. Que el lo haga no me parece mal, es su estrategia. Pero que el Partido Conservador se deje, si me parece que es un grandísimo error, que nos hace retroceder muchísimos años en la historia política de nuestra patria.

martes, 25 de agosto de 2009

FUERZA PÚBLICA Y UNIVERSIDAD


El objetivo de las universidades debe ser la investigación, el debate respetuoso, la amistad y el fomento del conocimiento en todos los saberes. Más aún, la universidad debe fomentar la búsqueda del bien común entre los estudiantes. De lo anterior vale la pena preguntarnos, ¿qué pasa cuando las universidades se convierten en espacios en donde se ataca el bien común por parte de unos pocos?, ¿debe el Estado intervenir? La respuesta es sí.

Es importante partir de una idea, la universidad no es un espacio en donde deba haber presencia de la fuerza pública constante debido a que es un lugar que en principio no demanda esta situación. No obstante, cuando la universidad es permeada por grupos armados ilegales que planean atentar en contra del Estado y de la ciudadanía, la situación es diferente. La universidad no puede ser un terreno vedado para la policía y demás instituciones del Estado. Es absurdo pensar que en una sociedad democrática pueda haber zonas en donde haya un acceso restringido o prohibido para la policía y el ejército. La idea anterior va en contra de una de las funciones básicas del Estado que es la de ejercer un control efectivo sobre un territorio y proteger a su población. Es impensable por lo tanto establecer límites contarios a la razón misma del Estado colombiano.

Los colombianos todavía recordamos y lamentamos la existencia de la zona de despeje del Caguán. Un territorio de 42.000 kilómetros entregado al grupo terrorista de las FARC, un espacio en donde se impedía el ingreso de las instituciones democráticas colombianas y, desde donde se fraguaron atentados en contra de la población colombiana. No podemos permitir por ningún motivo que la universidad pública se convierta en una especie de pequeño Caguán.

Es una lastima que debido a grupos minúsculos de estudiantes y células de grupos armados ilegales la fuerza pública tenga que ingresar a la universidad, un espacio que como hemos dicho está diseñado para el conocimiento y el desarrollo intelectual de las personas, un lugar desde donde se promueva el respeto y la paz y no lo contrario. Sin embargo, mientras existan facciones armadas anti democráticas, es el deber constitucional de las instituciones del Estado hacerse presente y enfrentar con toda la decisión a estos grupos. Discusión respetuosa y pacífica sí, acciones armadas e ilegales, no por ninguna razón.

La autonomía universitaria no puede ser excusa para el fomento y la protección a la anarquía, el principio de AUTONOMIA tiene un antecedente que es el AUTOCONTROL, si los estamentos universitarios no tienen la capacidad de regirse y controlarse autónomamente y garantizar la libertad y el libre ejercicio de derechos para todos, unos pocos no podrán entonces usurparlos o coartarlos amparados en la supuesta franquicia territorial universitaria. No podemos permitir territorios vedados para el orden y libres para la anarquía.

jueves, 20 de agosto de 2009

UNASUR: UN DILEMA

Hace algunos días el presidente Uribe confirmó su asistencia a la reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (UNSAUR) el próximo 28 de agosto en Bariloche, Argentina. Se espera que en esta reunión el presidente Uribe explique a los demás países de esta asociación el acuerdo con Estados Unidos sobre la presencia de uniformados de este país en bases militares colombianas. De acuerdo a lo anterior, nos debemos preguntar: ¿Es adecuado que el presidente asista a esta reunión? Y, ¿qué alcances puede tener su intervención en este escenario?

Es adecuado que el presidente explique voluntariamente en qué consiste el acuerdo de cooperación con Estados Unidos para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, no es adecuado que se haga una reunión extraordinaria para que exclusivamente el presidente Uribe dé explicaciones sobre un acuerdo bilateral entre Colombia y Estados Unidos. Es injusto e hipócrita que sólo el primer mandatario colombiano tenga que desmenuzar frente a los demás presidentes de UNASUR su política en contra del terrorismo y el narcotráfico. Es hipócrita por que Colombia no es el único país en este hemisferio que tiene acuerdos militares con otros países; Venezuela también los tiene con Rusia y desarrolla acuerdos semejantes con China e Irán. En este orden de ideas, es injusto que se llame a Colombia a rendir cuentas mientras que otros países como Chile, Brasil y Venezuela callan y no explican sus altísimos gastos en equipos militares ni sus ejercicios militares con otros países como Rusia y Estados Unidos, pues Colombia no es el único país que lo hace.

Es predecible que la intervención del presidente Uribe en la próxima reunión de UNASUR sea positiva pues ya existe un precedente positivo fruto de la visita del primer mandatario colombiano a otros países de América Latina para explicar el acuerdo militar con Estados Unidos. Todos los países visitados con excepción de Bolivia, reconocieron que el acuerdo de Colombia con Estados Unidos es una cuestión de soberanía, por lo tanto podemos esperar que esta idea sea ratificada el próximo 28 de agosto.

Adecuado que el presidente Uribe asista a la reunión de UNASUR, inadecuado que sea el único que tenga que rendir cuentas por acuerdos que están destinados a combatir al terrorismo y el narcotráfico, un objetivo que no afecta a Colombia exclusivamente sino al mundo entero. Podemos esperar que los alcances de esta reunión sean positivos, sin embargo es inconveniente exponer al presidente de Colombia y al país entero a un desgaste innecesario frente a la retórica belicista de Chávez y sus camaradas. Ya veremos.

miércoles, 12 de agosto de 2009

LA BÚSQUEDA DE NOEMÍ

Sorprende que una mujer de la preparación, talante y recorrido político de Noemí Sanín regrese a Colombia buscando desesperadamente un partido político que respalde sus aspiraciones presidenciales. Parece que la ideología conservadora que ha caracterizado a Noemí, está flaqueando en un momento tan decisivo para su carrera. Es de vital importancia que un político y más aún que un candidato para la presidencia de la República tenga una ideología política estable y definida.

El debilitamiento de los partidos políticos en Colombia se debe en parte a la inestabilidad, flaqueza e indecisión política de sus miembros. La afiliación a un partido político se debe basar en la afinidad ideológica con el mismo y no en un interés electoral mezquino. Los aspirantes al solio presidencial deben dar ejemplo de coherencia y estabilidad ideológica, no es aceptable que un candidato renuncie a sus principios políticos exclusivamente por obtener un aval.

Si bien es cierto que debe haber reglas de juego claras en cuanto al tema de la elección presidencial, también debe haberlas al interior de los partidos políticos de manera que no cualquier persona pueda ingresar a ellos para cabalgar sobre su insignia y beneficiarse electoralmente de la reputación y recorrido de la asociación. Los partidos políticos tradicionales tienen unas bases filosóficas definidas, bienvenidos a adherirse a ellas quienes las compartan y estén dispuesto a luchar por ellas de verdad, no quienes las quieran utilizar para disfrazarse de un color determinado para aparecer más atractivos frente al electorado.

Hace algunos días Noemí dijo: “No me sumaré a ninguna fuerza política que no comparta nuestros principios”. Sería interesante saber cuáles son esos principios que aparentemente contradicen los del Partido Conservador, partido al cual Noemí ha estado afiliada toda su carrera política y que ahora parece que no la satisface del todo. Desconcierta que Noemí se reúna con el ex presidente César Gaviria, presidente del Partido Liberal y figura política contrario a los ideales conservadores. ¿A dónde quedó la lealtad por el partido que ha apoyado e impulsado las aspiraciones políticas de Sanín?, ¿si esta es el comportamiento de Noemí antes de ser candidata presidencial, qué podemos esperar de ella más adelante?

Reglas del juego claras e iguales con todos aquellos que quieran lanzarse a la presidencia de la República; en primer lugar se necesita certeza frente al tema de la reelección y en segundo lugar seriedad y claridad frente a los principios políticos de cada candidato. Seriedad de manera que haya una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace y claridad por que la gente se lo merece. No más ambigüedades y a competir sanamente.