jueves, 23 de septiembre de 2010

Lástima que se murió "Jojoy"...

En los pueblos de Colombia y aun en las ciudades, casi todos, por no decir que todos sus habitantes, desde el más encumbrado, culto o adinerado, hasta el más cafre o la mayor sanguijuela, tienen un parentesco con alguien que tenga alguna representatividad o pertenezca a cualquier organización de la localidad, razón por la cual, siempre hay un motivo de solidaridad para acompañar al difunto y lamentar su muerte, así sea por él, o por su pariente, quien mucho lo extrañará o por tanto que lo hiso sufrir.
Ya no hay misa, culto o entierro en el que no se lean los decretos, resoluciones, constancias o mociones de condolencias por la muerte de un “ilustre” o familiar de un “ilustre” personaje. Después de las siempre repetidas motivaciones, viene la parte resolutiva, en las que no faltará: 1. Lamentar el deceso, 2. Acompañar a sus familiares, 3. Entregar copia de esta en nota de estilo a sus deudos y 4. Poner su vida como ejemplo a las generaciones presentes y futuras, así los despojos pertenezcan a aquel célebre alcalde o concejal que todos sabían que se enriqueció de cuenta del erario público, o fuera el distinguido acaudalado que se enriqueció asaltando viudas, apoderándose de las sucesiones o prestando a tasa de usura; o el hijo de la reconocida matrona que se desvió del camino y era el jibaro del pueblo, medio bandido y vicioso; o el simple borrachito que a los 20 no aguanto una decepción amorosa y se entrego el resto de su vida a los brazos de Baco. Lo 1º, 2º y 3º por lo inútil es justificable, pero lo de poner su vida como ejemplo a las generaciones presentes y futuras, no me parecía lógico, hasta hoy que el “Mono Jojoy” se sumo o los que pasaron a otra vida.
Lástima que se murió “Jojoy”, más bien que fue dado de baja Víctor Julio Suarez Rojas, sin haber hecho nada valioso por esta patria, a la que lo único que le causo fue dolor y martirio. Ni un día de sus largos 35 en la subversión y de los casi 50 en esta tierra, le causo felicidad a alguien. En su círculo cercano con seguridad a sus mujeres no las amó, las obligó y en sus subalternos no generó admiración sino temor. Ante el resto de colombianos, no se nos presentó como una alternativa social o política si no como un bandido terrorista, autor de los mas execrables crímenes, secuestros, retenciones en las vías, ataques con perros salvajes, cilindros bomba, sembrado de minas antipersonal, tomas sangrientas a municipios, metralla con material en descomposición y asesinatos sediciosos.
Con seguridad no se encontrará en Cartagena del Chairá, su tierra natal, o en cualquier parte del territorio nacional un familiar suyo, y con más seguridad nadie se atreverá a buscarlos para entregarle un decreto, resolución, constancia o moción de condolencia, emitida por cualquier organización seria de nuestra sociedad. Mas sin embargo, si deberíamos todos los colombianos poner su vida como ejemplo a las generaciones presentes y futuras. Porque los ejemplos no solo sirven para saber lo que se debe hacer, tal vez y con mayor peso, para conocer y entender lo que no.
Valga este ejemplo para todos aquellos que ven y creen que así sea por poco tiempo, la vida hay que disfrutarla así sea por la vía del mal. ¿Qué se llevo “Jorge Briceño” o a quien le dejo todo lo que se robó, usurpó, consiguió con chantaje o rescates; lo que ganó con el narcotráfico o con todas sus acciones delictivas? ¿Cuánto disfrutó lo que obtuvo, siempre corriéndole a su sombra y a la justicia, por cuanta selva malsana existe en estas tierras? ¿Quién entre los 44 millones de colombianos lo amó? Y… ¿A quién hiso feliz el “Mono Jojoy”? Se murió “Jojoy” sin dejar ni un motivo para que alguien lo recordara positivamente.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Fiesta de disfraces

Todavía faltan más de 13 meses para las elecciones regionales en las que se deberá elegir a demás de concejales y diputados, alcaldes y gobernadores, y a pesar de estar tan lejanos estos comicios, en Antioquia el ambiente político ya está bien caldeado. Son muchas las conjeturas que se hacen básicamente en torno a la alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia. La gran pregunta de muchos es si el ex presidente Uribe participara activamente en esta contienda señalando y apoyando candidatos, otros se preguntan si en igual sentido meterá la mano el Presidente Santos y si lo hará en consonancia con Uribe. Inquieta a muchos saber si el prestigio del alcalde Salazar le aguantara para garantizar la continuidad y el triunfo de un candidato de su misma corriente o si la clase política renovada, será capaz de dar solución a esta continuidad. También se preguntan si el Gobernador Ramos será capaz de hacer converger al conservatismo en torno a una candidatura que le garantice la permanencia en el poder de sus amigos y la continuidad de su obra de gobierno.
Difícil responder a estas preguntas y a otras como, ¿que harán los ex mandatarios regionales que hoy están fuera del poder pero con vigencia política? Y la dificultad para resolver estos cuestionamientos no radica en la incertidumbre del tiempo, radica más bien en el desorden de los partidos o movimientos que hoy tendrían la opción de acceder solos o en coaliciones a estos cargos. En Antioquia el partido conservador que fue la fuerza mayoritaria en las pasadas elecciones para el Congreso y la U que fue la segunda fuerza, continúan con profundas divisiones. En Cambio Radical y en el Partido Liberal las disputas no son diferentes. Y los fajardistas sin saber si son verdes, de la ASI o de compromiso ciudadano, sin saber si quieren candidato o si se pegan de otros y enredados en las mismas prácticas y estilos políticos que tanto criticaron.
Hoy en ninguno de estos movimientos las reglas de juego están claras, no saben ni siquiera quien les daría los avales, por que sus organizaciones en Antioquia aun no están definidas, los conservadores tienen un directorio que no se reúne ni toma decisiones, los liberales no lo han podido instalar, la U y Cambio Radical no saben cómo elegir sus directivas regionales y los verdes o fajardistas no saben de donde son, bueno estos últimos siempre resuelven el tema muy fácil, usurpándoles el aval a los pobres indígenas.
Mientras tanto los candidatos a la Alcaldía o a la Gobernación tratan de disfrazarse, buscando congraciarse con aquellos de los que siempre han estado lejanos o de los que se apartaron recientemente, esto no parece una contienda electoral sino una fiesta de disfraces o como explicamos que los fajardistas que ya se habían puesto el disfraz de indígenas hace rato, ahora quieran disfrazar de girasol verde a uno que siempre ha sido bermejo como Aníbal Gaviria; que uno que siempre ha sido azul de Prusia como Gabriel Jaime Rico, ahora quiera ser guacamaya multicolor de la U; o que uno pechirrojo liberal como Luis Pérez, ahora quiera también ser arco iris multicolor de la U; o que Álvaro Vásquez que siempre ha sido cardenal vergonzante, en otra época canario amarillo independiente, después morado prelado de equipo Colombia hoy quiera ser azul de metileno. Esto sin contar a los que hacen todo el esfuerzo por aparentar que están lejanos de donde realmente son cercanos y de acercarse a donde realmente están lejanos. Son muchos los que cercanos a Ramos Dicen estar lejanos de él, los que cercanos a Alonso Salazar dicen no estar con él y muchos, diría que muchísimos, los que sin estar o haber sido cercanos a Uribe, hoy dicen que ya les dio la bendición.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Madres alcahuetas


En 1993 se vivía en la zona nororiental de Medellín, específicamente en el área de influencia del centro de salud El Raizal de Metrosalud, una guerra sin tregua entre los jóvenes de los barrios La Cruz, Versalles 1, Versalles 2, Raizal, la 30 y Bello oriente. Además de los límites demarcados, había símbolos que delataban a los supuestos contrincantes. Quien llegara a la zona de la cancha o del puente con los zapatos sucios de tierra amarilla, era un habitante de Bello oriente y corría el riesgo de perder su vida, al igual que aquel habitante que con conocimiento o no, cruzara el puente de un lado hacia el otro o pasara del tercer poste hacia acá o hacia allá. Peor que en Berlín con su muro, allí sin él, las familias estaban condenadas a no verse o visitarse a pesar de estar a menos de dos cuadras de distancia y aun sus hijos, primos entre sí, terminaban siendo enemigos a muerte, fruto de la injerencia que en cada sector tenían los lugartenientes del recién fugado Pablo Escobar, quien quería rehacer y rearmar su tropas para enfrentar al gobierno; o las milicias de las FARC y del ELN que iniciaban su estrategia de toma de ciudades; o de los PEPES que querían enfrentar a su enemigo Pablo Escobar y después de estos a las entonces incipientes AUC.
El centro de salud quedaba justo en medio de las zonas de dominio, lo que hacía que constantemente quedara sometido con todos sus usuarios, al cruce de balas y petardos y cada vez con más frecuencia se convertía en trinchera de los de arriba o los de abajo, o los de un lado o del otro. No le quedo más alternativa a su director que cerrar el centro para no poner más en riesgo a sus usuarios y al personal asistencial.
Pues en ese entonces fueron las madres de aquellos muchachos, campesinas o pueblerinas por lo general, casi todas cabeza de familia por la ausencia “tacita o implícita” de los padres, quienes los obligaron a iniciar un proceso de paz, porque ellas no admitían quedarse sin puesto de salud. A punta de pura cantaleta y de imponer su autoridad matriarcal, en menos de una semana se volvió a abrir la institución, y las muertes y enfrentamientos casi que desaparecieron. Que sus hijos se estaban desviando, muchas lo presumían, que fumaban marihuana, todas lo sabían, pero “hay del que lo hiciera en presencia de ellas”.
Sin embargo sus hijas no fueron capaces de heredar ese talante ni de recibir estos valores, muchas de ellas terminaron embarazadas del sicario, o del duro o del jíbaro de la cuadra y en muy corto tiempo nuevamente embarazada y en poco tiempo otro mas, todos con diferente progenitor, porque el primero, el segundo y con seguridad el tercer padre rápidamente dejaba de existir. Son estos hijos de esa generación, los que hoy tienen a los barrios de Medellín y a la ciudad en jaque y son estas madres las que hoy no son capaces de infundir ni respeto, ni autoridad, por el contrario son ellas las alcahuetas de estos bandidos juveniles, es en la sala de la casa donde se fuma bareta y donde se tira perico, es debajo de la cama de “la cucha” donde se guardan las armas y es ella quien esconde al hijo y como decía el Coronel Martínez comandante de la policía metropolitana, quien recibe machete en mano, con palos y chancletas a la autoridad que busca al malhechor. Es ella quien justifica a su hijo cuando abusa de alguna niña, o quien reprende a su hija cuando fue abusada.
Todos miran a esos jóvenes bandidos, todos buscan como sancionar mas al delincuente y al colaborador voluntario o involuntario, pero nadie está mirando a esas niñas de hoy madres de mañana, que están garantizando que la situación actual no mejore. 8384 adolecentes embarazadas en Medellín en el 2009, 326 entre 10 y 14 años, 8058 entre 15 y 19, una tasa de 84 adolecentes embarazadas por cada 1000 embarazos. Una incidencia mayor de este fenómeno primero en la comuna de Aranjuez, segundo en los Populares, tercero en Manrique y cuarto en San Javier. Habrán mamás e hijos, pero no familias y mientras desde las familias no se retomen los valores, mientras en ellas no se restablezcan los principios de autoridad, mientras en ellas no se determine el respeto como regla básica de la sociedad; no habrá normas, ni fuerza pública que pueda controlar el desorden que hoy vivimos.