domingo, 18 de diciembre de 2011

Cesó la horrible noche



La situación de la salud en Colombia es muy complicada y en Antioquia, de lejos mucho más. Ningún conocedor del tema, entiende como la Administración del Gobernador Luis Alfredo Ramos Botero, le pone la cara a la opinión pública, con ínfulas de haberla salvado, cuando lo que sucedió fue todo lo contrario, la sumió en su peor crisis. En el departamento el sector salud en general, no ve la hora que llegue el primero de enero para decir: “cesó la horrible noche”.
Antioquia añora la Dirección Seccional de Salud (DSSA) de otros tiempos, líder y referente a nivel nacional e internacional en programas y proyectos de salud pública, en direccionamiento, coordinación y concertación regional. Hoy está rezagada, basta mirar los indicadores de salud pública que van en retroceso, entre otras, por una baja ejecución de recursos del Sistema General de Participaciones en el rubro de salud pública.
La red pública hospitalaria no podría estar más grave, hospitales que no pagan nómina, ni proveedores, que cierran servicios, y la DSSA adeudando más de 200 mil millones de pesos a los hospitales públicos y privados. Por la falta de regulación, la DSSA ya no puede más con las tutelas por servicios de salud y se siguen contando los pacientes que fallecen esperando una autorización de atención en salud que no llega. Las Direcciones locales de salud están abandonadas a su suerte, no hay asesoría ni acompañamiento a la gestión, se han limitado a cofinanciar proyectos de salud mental, de prótesis dentales y de tercera edad a los municipios, pero asignados a dedo por el secretario de salud, según criterios politiqueros, pues los técnicos ya no existen.
Era de esperarse, y que asuman la responsabilidad también, quienes asintieron su nombramiento, entre ellos el rector del CES quien coordino en 2007 la comisión de empalme. Todos conocían la trayectoria del doctor Carlos Mario Rivera, no se podía esperar más de él. Llego al gobierno como cuota del ex diputado César Pérez García y ocupaba el cargo de decano de Medicina de la Universidad Cooperativa de Colombia de donde pasó a la DSSA, hasta ahí no hay problema. Lo que si suena sospechoso, es que la DSSA le asigne con criterios dudosos a esta institución educativa, contratos para realizar proyectos de investigación; como también lo es, que el director de atención a las personas de la DSSA, Héctor Quiros, sea al parecer a su vez, el jefe de posgrados de la Universidad Cooperativa. ¿Causará esto un conflicto de intereses? o ¿será falta contra la ética?
Esto no es todo, ¿cómo se podrá llamar o calificar, el hecho que el Secretario de Salud presida la Junta Directiva de un hospital departamental, que interpuso una demanda de repetición en contra de él, la cual se encuentra en el juzgado 20 administrativo de Medellín, con el radicado 2007-0180. ¿Incompatibilidad? ¿Conflicto de intereses? ¿Impedimento ético? ¿Indecencia?
La salud de Antioquia espera con ansias que el 1 de enero, cese la horrible noche y el rumbo cambie, que impere la transparencia y la ética en la administración del sistema público, que para tomar las decisiones no se tenga que ir a la picota y que las instituciones del sector en el departamento, recuperen el tiempo perdido y el daño que se les hizo en estos cuatro años.

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