domingo, 25 de diciembre de 2011

Aníbal y Fajardo: ¡la gran esperanza!



Ninguna fecha mejor que esta, el día de los santos inocentes, para pedirle a aquellas personas que tienen en sus manos el futuro de muchos, que los deseos, esperanzas, y los compromisos por los cuales tantos depositaron su confianza en ellos, no terminen siendo una inocentada.

Iniciará el próximo lunes un nuevo periodo de los gobernantes regionales, y en esta, la alianza Medellín – Antioquia (AMA), protagonizada por los electos Aníbal Gaviria como alcalde y Sergio Fajardo como Gobernador, llena de esperanza a todos los ciudadanos de este departamento. En principio: porque es histórico, que una llave con partidos de origen disímiles, con candidatos que otrora fueron contrincantes en la puja vicepresidencial, hayan sido capaces de estructurar una propuesta, en la cual se definieron principios y propósitos comunes, para gobernar conjuntamente; segundo, porque es igualmente histórico, que una alianza de este tipo haya sido exitosa, al lograr ambas metas propuestas; y tercero, porque sus protagonistas, son dirigentes conocidos y probados, cada uno en el cargo que hoy el otro logró, lo que garantiza no solo una experiencia, sino la posibilidad de comprensión del por qué pasan las cosa, ya que cada uno conoce cuales son las debilidades, pero también las fortalezas que el cargo de el otro contiene.

Con la misma ilusión con la que ellos esperan tomar posesión de sus cargos, con la misma esperanza con la que ellos buscarán hacer realidad todos sus sueños, plasmados en sus planes de gobierno; los antioqueños esperan que este sea un cuatrienio de pujanza y desarrollo, en el que en Antioquia la educación sea el motor de desarrollo y eje de la prosperidad para las actuales y futuras generaciones; una Medellín, en la que al igual que en el resto del departamento, el respeto por la vida sea el máximo principio de todos sus habitantes y en el que todos tengan igual oportunidad de hacer un goce efectivo de sus derechos. Una región educada, que respeta la vida, equitativa y en la que los recursos públicos sean realmente sagrados y optimizados; una región en la que sus habitantes crean y quieran a sus gobernantes.

Sergio Fajardo y Aníbal Gaviria, le han demostrado a los ciudadanos y a las nuevas generaciones políticas, que si hay formas diferentes de hacer la política, que si hay posibilidades diferentes de hacerse elegir, que los votos no hay que comprarlos, que a los lideres no hay que sobornarlos, ni hay que dejarse chantajear de ellos tampoco, que los ciudadanos votan como quieren y que las conciencias ya no están amarradas. Ahora el reto es ratificar que también hay formas diferentes de gobernar, que hay políticos y dirigentes que si saben que es el bien común, que actúan y piensan en torno a él, que son capaces de rodearse bien y saber a quién rechazar. Pero su mayor reto, es no caer en la trampa de la arrogancia del poder, entender que los dos son de las pocas reservas que Antioquia tiene en el corto plazo para lo nacional, que su futuro está ligado a que sean capaces de ayudarse y cuidarse el uno al otro y no el uno del otro. Ellos, sus colaboradores y amigos, deberán mantener la claridad que hoy no son rivales, ni contrincantes, así sepan que en el futuro serán émulos.

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