miércoles, 18 de noviembre de 2009

¡QUE MIEDO DEL MATADOR!

La semana anterior el torero Over Gerlain Fresneda, más conocido como “Gitanillo de América”, lanzó su candidatura al Senado de la República, teniendo como fundamento de su propuesta política, la defensa y fortalecimiento de las corridas de toros. Postulado que desde hace varios días viene defendiendo, con el argumento que esta actividad es de alto contenido cultural y además es formadora en valores para las nuevas generaciones.

Pues como demócrata tengo que entender que tanto él como yo, al igual que todos los colombianos, tenemos el mismo derecho de presentar nuestro nombre para que al escrutinio de todos los ciudadanos decidan si nuestras propuestas merecen o no ser llevadas al Congreso. Lo que no sé, es si el 6% de los colombianos que no se manifiesta en contra de estos eventos esté dispuesto a apoyarlo, de lo que si tengo la certeza es que habrá un 94% de compatriotas que hará todo lo posible democrática y civilizadamente para impedir que un defensor de los espectáculos, además crueles, con los animales llegue al máximo órgano legislativo de nuestra patria.

Todos tenemos el derecho de presentar y defender nuestras propuestas, seguramente el defenderá como lo ha manifestado, que los toros sean torturados y asesinados para generar placer y divertir a alguna “selecta minoría”, como seguramente también defenderá las peleas de perros, las riñas de gallos, la cacería de torcazas, el arponeo de tiburones, la caza de jaguares, las corralejas, la emborrachada del cerdo, su tortura y asesinato en media calle, la caza de hipopótamos, los circos con leones en jaulas de un metro cuadrado, los tigres saltando por el medio de aros de fuego o los chimpancés viejos y sarnosos haciendo monerías temerosos del látigo de su adiestrador y muchas mas de estas prácticas inhumanas que aun hoy pululan por toda nuestra Colombia, sólo porque algunos pocos aún se sienten con el derecho de divertirse con el sufrimiento de otro ser vivo.

Que miedo me da del matador, que en aras de la igualdad sea capaz de querer llegar al congreso defendiendo la tortura y la barbarie. Tanto miedo me da de él como de aquel borracho que también siente tener el derecho de poder manejar embriagado y pretenda hacer proselitismo con el lema “para que los prendos y más, podamos manejar”. O de los “traquetos” que pretendan acceder al mismo cargo defendiendo su “derecho al trabajo” argumentando que además de duro genera un alto grado de estrés y que por ello deberían acceder también a una pensión más temprana.

Desde mi orilla, creo que la vida en todas sus manifestaciones está por encima de la posibilidad y el supuesto derecho de maltratarla o sacrificarla para el goce de unos pocos. No entendería como un partido político pudiera darle el aval a un defensor de la tortura y la barbarie o como mínimo a un exponente de una actividad que si bien es ilógicamente lícita, tiene el rechazo de más del 90% de los colombianos. Por lo menos espero que mi partido siga defendiendo la vida de todos los seres vivos y no se le ocurra darle “la alternativa política” a este “MATADOR”.


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