viernes, 31 de diciembre de 2010

"El gobierno no hizo nada"


Es muy fácil para muchos endilgarle la responsabilidad de todo lo que pasa en Colombia al Gobierno, así este no tenga la posibilidad o la capacidad de controlar aquella situación de la cual se está culpando. Eso es lo que está pasando hoy con la ola invernal. Es denominador común ver en los medios de comunicación, tanto a periodistas como a personas afectadas diciendo siempre que eso era una “tragedia anunciada”, que “el gobierno porque no lo previo”, “que improvisación la del gobierno”, entre muchas más cosas de las que todos dicen en circunstancias como las actuales.
Quien se ha puesto a pensar ¿que tan fácil o difícil es prever las emergencias?, muchos consideran que si es muy fácil, que solo basta tener un análisis completo de las cuencas y de la topografía de cada municipio y saber así donde hay riesgos y actuar para evitar una catástrofe; y hasta razón pueden tener. Pero lo que si no es tan fácil, es controlar a las personas que generan un riesgo o que convierten este en una catástrofe. Casi imposible es para el Gobierno, como lo es para los mismos ciudadanos sean estos familiares, amigos o vecinos, controlar a aquellos que arrojan aguas servidas o no en cualquier parte en una ladera, o a quienes creen que el lugar para disponer de los escombros o reblujos de la casa son las cañadas y las quebradas, o quienes desvían las quebradas y ríos para ganar terreno en sus propiedades, o quienes talan indiscriminadamente, quienes construyen, para ricos o pobres, en forma inmisericorde, sin tener compasión por la naturaleza. A estos no los controla nadie y son estos quienes están causando las verdaderas emergencias.
Son muchas las historias de desastres generados, buscados o simplemente irresponsablemente enfrentados: se dice en Urabá que una de las mayores causas de el daño que el mar le hace a las playas en esta zona de Antioquia, es la pérdida del espolón natural de la Punta del Rey, pero también se dice que desapareció por que los mismos pescadores le hicieron un boquete para no tener que dar la vuelta tan larga; el mar seguirá comiéndose el pueblo y sus atractivos turísticos. Durante el gobierno de Aníbal Gaviria, se tenían apropiados los recursos para el traslado de Murindó a una zona más alta, donde ya existía alguna infraestructura adelantada, imposible fue lograr este traslado por que sus habitantes querían seguir viviendo en el sitio actual y tener “casa de recreo en tierra firme”, allí siguen retando al Atrato y al Murindó, que tarde o temprano se los llevará. Cuantos fueron los fallecidos hace poco en Giraldo, porque tenían mucho afán de llegar y prefirieron cruzar el deslizamiento a pie, cayó otro más y nunca llegaron a pesar de su afán.
Que la mojana se inunda, que las islas del magdalena y del cauca aparecen y desaparecen así duren años, que las quebradas de Antioquia incluido valle de aburra son torrenciales, que Nechí se ve anegado cada año, que la ladera oriental del valle de aburra es inestable, que el Galeras tarde que temprano estallara, todos lo sabemos, pero sin embargo allí se sigue retando a la naturaleza a pesar del Gobierno y del Estado. Hasta cuando llegue la tragedia para volver a decir “era una tragedia anunciada y el Gobierno no hizo nada”

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