viernes, 31 de diciembre de 2010

El hombre a vencer



No fue de poca monta el remesón que en los últimos días sufrió la clase política antioqueña, con el anuncio del ex alcalde y ex candidato a la vicepresidencia Sergio Fajardo, de aspirar a la Gobernación de nuestro departamento. Con temor, ironía o buscando un argumento que les permita tener la esperanza que las cosas seguirán tal cual, muchos, han despreciado este anuncio y dicen creer que es una aspiración sin ninguna posibilidad.
Que los votos en las regiones se consiguen de una forma diferente a como se consiguen en Medellín, que estos obedecen fundamentalmente a la maquinaria, que Fajardo no la tiene, que es un hombre poco conocido en los pueblos de Antioquia. Estos, que son los argumentos que con frecuencia se escuchan en las comidillas políticas, con suma facilidad se pueden despachar. Claro que en las regiones los votos se consiguen diferente, pero también es claro que los ciudadanos allí, cada vez están mejor informados y cada vez van adquiriendo una mayor conciencia e independencia electoral, máxime para la elección de cargos uninominales, o si no, ¿cuál fue la forma como en los pueblos de Antioquia, teniendo encima el yugo de la guerrilla, parada vigilando y amenazando a los campesinos y habitantes de los pueblos, estos votaron masivamente por Álvaro Uribe? Debe considerarse además que en el área metropolitana está aproximadamente el 65% de la votación de Antioquia y que fácilmente se pueden encontrar otros 15 municipios que concentren otro 20%, y es allí donde Fajardo ha tenido su mayor fortaleza y ha concentrado sus esfuerzos en las últimas campañas.
La pregunta que se tendrán que hacer muchos hoy, es ¿si los métodos tradicionales o los no tradicionales en Antioquia, pero que ya se van convirtiendo en comunes, como la compra de votos, seguirán determinando las elecciones en nuestro territorio? En las elecciones de alcalde en Medellín y muchos otros municipios, se demostró que este paradigma es derrumbable, pero este hecho contrastó radicalmente con lo sucedido en las elecciones para congreso donde impero y triunfo la forma anómala.
Puede que Fajardo no tenga el mismo estilo de maquinaria política que todos han conocido, pero él y sus amigos, no se han quedado quietos y no han dejado de utilizar el poder para definir y “aceitar” una estructura política que si bien puede que él no la haya dejado marcar con el calificativo de maquinaria, en el fondo es lo mismo. Un grupo muy numerosos de personas, con algún nivel de liderazgo político, que han recibido beneficios del ejercicio del poder en la alcaldía de Medellín. O ¿cuántos son los no amigos de Fajardo que trabajan en la alcaldía? Esto no es malo, por lo tanto no habría la necesidad disfrazarlo.
Sergio Fajardo cada vez más se reconoce como un político y tendrá que cuidarse más de no parecerse a aquellos que ejercen su misma actividad, a quienes tanto ha criticado y sobre el desprestigio de quienes ha cabalgado. Está utilizando sus mismos métodos, no tiene burocracia política pero si amiguera, que la utiliza para hacer política y utiliza un método despreciable en los políticos, que es afirmar con vehemencia que no, cuando tiene la decisión de si. Sin embargo, equivocados están quienes desprecien esta candidatura, porque, quien quiera ser Gobernador de Antioquia deberá entender que el referente cambio y que hoy el que lo quiera ser, tendrá que vencer a Fajardo.

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