jueves, 10 de febrero de 2011

A empezar de cero


Lograr que los colombianos tengan servicios de salud accesibles y oportunos, sin duda alguna requerirá no solo de una modificación a la Ley de seguridad social en salud, sino además del acondicionamiento de todos los actores del sistema a esta nueva normatividad, y también a los cambios en las costumbres y porque no, en la cultura de los ciudadanos para la utilización de los servicios.
No solo es acondicionarse, también es prever hacia dónde va el sistema, y en Antioquia, esto es precisamente lo que no está pasando. La reforma al sistema de salud colombiano estableció, como se preveía, que los servicios de salud deberán estar integrados en redes de servicios y no seguir funcionando, los prestadores especialmente, como satélites aislados, cada uno tratando de defender su nicho y mirando cómo sobrevivir, por el contrario se estimula la organización y la asociación, lo que permitirá una mayor integralidad en la atención a los usuarios, garantizando la posibilidad de una movilidad oportuna entre los diferentes niveles de atención, además de garantizar mayores y mejores oportunidades económicas para las empresas prestadoras de servicios de salud. Ese paso ya se había dado en Antioquia, cuando se promovió la integración de todas las instituciones de carácter departamental de segundo nivel que funcionan en el área metropolitana. Esta integración garantizaba movilidad y atención oportuna desde el primer nivel, hacia los servicios de cirugía, ginecología, ortopedia, medicina interna, pediatría, psiquiatría, enfermedades infecciosas e inmuno-contagiosas, neumología, cuidados intensivos, a demás con la adquisición de un importante porcentaje de la Clínica León XIII, también se integrarían servicios de tercer y mayores niveles de complejidad. Sin embargo la politiquería primo, desde la Dirección Seccional de Salud de Antioquia se desmontó la integración y se “regalo” el porcentaje comprado al seguro de la León XIII. Hoy cada uno de los hospitales, antes en vía de integración, con dificultades sobreviven y tendrán que juntarse para permanecer, pero este proceso gracias a la miopía, tendrá que arrancar de cero.
Es principio natural de las ciencias de la salud, que en términos de morbi mortalidad, lo más rentable es la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad y todos los formados en estas ciencias después de la mitad del siglo XX hasta hoy, sabrán que esto es igual a la atención primaria en salud. Pues la nueva reforma en salud, establece este mecanismo como eje fundamental del sistema y al igual que con la integración lo promueve y estimula. En Antioquia se había establecido una red de “promotores de salud” que habían logrado censar a casi toda la población de este departamento, un sistema tal vez mejor que el del sisben, que había caracterizado aun a la población más pobre y apartada, de los cuales se conocía su condición social, económica y de salud, y mediante este mismo mecanismo se identificaban sus riesgos y se intervenían, pero también se podía ingresar al sistema de salud a aquellos que todavía no estaban en él. Tan bueno era el programa de Atención Primaria en Salud (APS) de Antioquia, que sirvió como modelo para la identificación de la población susceptible de beneficios por el programa de familias en acción. Sin embargo por las mismas causas se desmontó, hoy se tendrá que volver a implementar, para lo cual se deberá también arrancar de cero.
Ni siquiera se habrá que esperar a que la historia juzgue los grandes retrocesos, los graves errores y las falacias cometidas en los últimos años con el sistema de salud en Antioquia. Tan solo los hechos actuales, las nuevas leyes de la Republica y las tendencias mundiales, ratifican que el éxito no radica en construir e inaugurar muchos hospitales, más bien se requiere prevenir, integrar y regular adecuadamente.

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