jueves, 5 de mayo de 2011

Collar de perlas







Razón tenía el Presidente Santos, al decir la semana pasada que los descubierto en el Ministerio de la Protección Social, solo era la punta del iceberg. Y es que en formas de defraudación al sistema de salud en Colombia, el mecanismo descubierto, solo es una, del rosario de perlas que en esta materia existen. Le faltó admitir al señor Presidente que: 1. Se demuestra el fracaso de los actuales y anteriores ministros y superintendentes de salud. 2. Que el problema no es de normas si no de valores y formación. Y 3. Que mientras las funciones de inspección, vigilancia y control del sistema sigan centralizadas, las perlas serán cada día más.
Le roba al sistema el ciudadano común: cuando sin merecerlo se hace inscribir en el Sisben, o cuando no se deja sacar de él a pesar de tener ya la posibilidad de contribuir al sistema; también aquel que se hace pasar por desplazado y que encuentra la connivencia de un personero o funcionario de acción social, que lo certifica como tal a cambio de un voto; igualmente la señora diabética que no le gusta la insulina que requiere dos aplicaciones e interpone una tutela para que le reconozcan la que requiere una sola aplicación, así valga el 100% más y su eficiencia no sea mayor al 5%; roban todos los que interponen tutelas para recibir tratamientos cosméticos, disfrazándolos como funcionales, ejemplo las mamo plastias que en su gran mayoría corresponden mas a vanidad que a disfuncionalidad, tratamientos con botox, rinoseptoplastias correctoras que terminan siendo una “respingadita” a la nariz, y algunas lipoplastias en obesidades no mórbidas, entre otras. Robo para el que se prestan los jueces, que amparados en tutelar el derecho a la vida, casi sin excepción fallan en favor del tutelante, pero igualmente casi sin excepción, no tienen ni idea de lo que fallaron.
Le roban al sistema los funcionario tanto del Estado como los de empresas privadas, que tal como los capturados, montan sociedades que le ofrecen a las EPS e IPS recobrar deudas glosadas o negadas, las cuales en asocio ilícito con los funcionarios públicos, son reconocidas y agilizadas, a cambio del cobro de jugosos porcentajes. Han robado en Antioquia en el pasado, y aun en algunas regiones del país, con el pago de una cifra de dinero, que variaba entre $8000 a $20000, pagados a los alcaldes y secretarios de salud, por cada usuario del régimen subsidiado inscrito a una EPS determina, casi todas terminaron quebradas.
Pero también le roban al sistema las IPS públicas y privadas: cuando facturan servicios de promoción y prevención que no efectuaron; cuando contratan número de personas a valor determinado (capitación) y le ponen obstáculos al usuario para acceder al servicio, con el fin que les quede más ganancia; cuando venden los servicios, los facturan y los recobran con márgenes de rentabilidad del 300 y 400%; cuando inducen al paciente para que vía tutela, reclame tratamientos investigativos o experimentales, con altísimos costos y bajísimas posibilidades de éxito.
Son muchas las perlas que quedan faltando, las que dependen de las EPS, de los profesionales del sector, de los formadores de recurso humano, etc. Ni con dos rosarios más las alcanzaríamos a enumerar.
Nota Adicional: para merecer la candidatura de un partido serio, no basta ser buen negociante y diestro rábula, también hay que demostrar transparencia y militancia.

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