miércoles, 27 de abril de 2011

Pena o rabia



Debieron haber sido muchos los sorprendidos esta semana, cuando escucharon con mucha alharaca en algunos medios de comunicación, que una firma constructora colombiana, se gano una gran licitación para hacer una autopista en la Florida - Estados Unidos. No sabe uno si darle pena o rabia.
Pena, de tan solo pensar en la posibilidad que se la hayan ganado de la misma forma como se las ganan aquí, con porcentajes pagaderos contra entrega del primer anticipo y sobornando desde el jefe hasta el portero. Pena, al imaginarnos que van, como buenos criollos, a hacer las cosas a medias, comprando interventores para que certifiquen que lo hecho fue lo contratado y a los pocos meses de inaugurarla con bombos y platillos, para hacer bien evidente que fueron colombianos los constructores, empezar los ciudadanos y las autoridades con asombro, a ver el rápido deterioro de tan magna obra. O mucho peor, ver que como sucede en la tierra natal de los constructores, la obra empezó y nunca se terminó, o en el mejor de los casos después de múltiples demandas y adiciones, tener que terminarla otros contratistas, porque con los primeros nunca se supo donde paro la plata. ¡Por Dios que vergüenza nos harán pasar!
Rabia, porque si la cosa es como lo dice Juan Martín Caicedo Ferrer, el presidente de la Cámara colombiana de la infraestructura; si, la misma que no ha dicho ni “mu” de las obras en Antioquia; son muchas las firmas contratistas que tienen grandes contratos en centro y Latinoamérica, entonces no se entiende ¿por qué en el exterior si son capaces de hacer las cosas por el valor que se contrata, en el tiempo determinado y con las especificaciones correctas? ¿Por qué allá si y aquí no son capaces de hacer las cosas como se debe? Para corroborarlo, basta mirar la doble calzada Bello – Hatillo, eterna obra que iniciara Álvaro Uribe en su gobernación y hasta el día de hoy sin concluir, y lo hecho, con mucho deterioro. Se juntaron los “duros de los duros” para hacer la conexión vial a oriente, incluyendo la doble calzada de las palmas y ahí ven, como lo dice el Gobernador Ramos:”es la vergüenza de la ingeniería antioqueña”, y lo sigue siendo, aun con las inversiones salvadoras de este gobernador, por que como las obras las hicieron los mismos, las características son las mismas. Y de la doble calzada de la autopista Medellín – Bogotá, ni hablar, supuestamente muy bien hecha, pues como no, si no avanzan ni dos kilometros por año, avanzaron mas cuando los peajes recogían menos.
Como en la USA, las cosas son a otro precio, con seguridad lo que pasaremos es una rabia la macha, porque allá si van a hacer las cosas bien. Aquí nos pasamos todos los semáforos en rojo, allá ni se nos ocurre.
Nota adicional: hay muchos políticos solapados, que aprendieron mucho de la guerrilla, no tienen empeño en sentarse a negociar, pelando el diente, baboseando, palmoteando y manoseando en la mañana, e ir a sembrar minas quiebra patas en las tardes. Se equivocarón creyendo que los otros no nos dimos cuenta.

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