viernes, 19 de febrero de 2010

"LA CULTURA TRAQUETA"


Con mucho esfuerzo mis padres nos levantaron en un barrio de clase media, construido por el instituto de crédito territorial, poblado en su mayoría por familias de bien que con dificultades, pero con mucha dignidad tenían como máxima preocupación educar bien a sus hijos. Una muy buena casa, con piso de baldosa roja que mi madre mantenía bien brillado, tres habitaciones y un solo baño para papá, mamá y cuatro hijos y nunca tuvimos una dificultad por tener que compartirlo. Sin embargo, en esa época de los 80, a nuestra casa también llegó esa equivocada influencia de la cultura “traqueta” que hizo que la casa que no tuviera piso de mármol y cada habitación con baño, se viera como de menor categoría, pues en mi casa no se puso mármol pero si les dió por tapizarla y hasta ahí llego la tranquilidad de aquellos felices y mugrosos adolecentes que éramos entonces.

Esa cultura traqueta tergiversó toda la estructura de valores de nuestra sociedad, llevándola a lo que hoy es un país donde lo único que importa es lo que se pueda comprar con pesos, y donde por tener pesos se hace lo que sea, inclusive quitarle la vida al otro. Mi barrio y mi casa no fueron ajenos a esta influencia. Por respeto a la amistad que tuvimos no doy el nombre de todas esas amigas de cuadra con las que crecimos y a las que les robábamos besos en los bailes de garaje, las mismas que después no nos determinaban, porque los mafiosos las habían seducido, eso sí, hasta cuando quedaban embarazadas, abandonadas o viudas, allí si volvimos a ser sus paños de lágrimas. Y mucho menos voy a mencionar a todos esos amigos del alma que creyeron que ese era el mejor camino y hoy, ya no existen.

Esa misma distorsión de valores es la que tiene hoy a las jóvenes de todos los estratos haciendo lo que sea para ponerse senos más grandes, nalgas, respingarse la nariz y vestirse con lo más caro; y a los jóvenes jugándose la vida por querer tener y hacer lo que hacen “los duros”.

Suficiente es haber vivido y padecido esta tragedia nacional que son los mafiosos, bastante es haber tenido en cada uno de los hogares de Medellín y de Antioquia como mínimo, un gran dolor causado por esta lacra de nuestra época, porque ningún hogar se ha escapado de ella; para tener que aguantarnos que los canales de televisión nacional nos restrieguen todo los días en nuestra cara ese dolor que muchos no queremos seguir viviendo. ¿Cuál es el objetivo para que nuestra programación en horario triple A esté plagada de producciones como El Cartel de los Sapos, Las Muñecas de la Mafia, El Capo y Rosario Tijeras entre otros? ¿Se justifica que por un interés meramente comercial los grandes bandidos de nuestra nación y sus acciones más atroces sean convertidos en los paradigmas a seguir por las nuevas generaciones?

Parecería que esa cultura de que sólo importa lo que se compra o se vende por pesos, si justifica que hoy estemos recibiendo cursos intensivos de cómo hacerse prostituta, mafioso, sicario o como conseguir dinero rápidamente así no tenga tiempo para disfrutarlo. Fácilmente veremos muy pronto que en los noticieros de estos mismos canales nos dirán: “y el siguiente asesinato es patrocinado por…”

Nota adicional: a propósito de Las Muñecas de la Mafia, me contaron en el suroeste que por ahí habían varias haciendo política.

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