lunes, 1 de febrero de 2010

RENACUAJOS DE CIEN MIL


Escandalosa para muchos fue la propuesta hecha por el señor Presidente el pasado martes 26 de Enero en la ciudad de Medellín. Propone el mandatario pagar $100.000 mensuales a mil jóvenes estudiantes de los barrios de Medellín, con el fin de conformar una red de informantes que le ayuden a las autoridades a identificar y combatir los focos de delincuencia que hoy tienen sumida a la capital antioqueña y muchas otras capitales del país en una verdadera crisis social.

Si bien, creo en la política de estímulos por información y efectividad de esta, no creo que ésta política deba ser segmentada por grupos específicos. Primero porque los hace fácilmente blanco de quienes inmediatamente se auto proclamaran sus enemigos y segundo porque se corre el riesgo de que se auto identifiquen y se congreguen en micro redes que desvíen su fin primordial y terminen de cuenta del estado, siendo fuente de más delincuencia; sustento esta segunda preocupación en la mala experiencia de las convivir, las cuales terminaron en gran parte como miembros o colaboradores de los grupos paramilitares.

Todos sabemos que el problema en los barrios de las ciudades colombianas está protagonizado en gran medida por los jóvenes, también tenemos que reconocer que es este grupo poblacional la mayor víctima a su vez de esta crisis. Basta ver las estadísticas de medicina legal en Medellín para el año 2009, donde el 43% del total de muertes violentas, fueron jóvenes de 11 a 25 años. Si la problemática está en los jóvenes, es lógico que sea con ellos y hacia ellos que se deben orientar las políticas y acciones, pero no involucrando a más de ellos en la espiral violenta que se está viviendo.

Esos cien millones de pesos que se “invertirían” mensualmente en esta política no de “sapos” sino de “renacuajos”, se podrían aplicar mejor a disminuir mediante becas o créditos la alta deserción escolar y universitaria de la ciudad, que hoy está en el 5.4% o para garantizar el acceso a estudios superiores a ese 69% de jóvenes que egresan de nuestros colegios y no tienen esta posibilidad o para generar más fuentes de empleo a esos profesionales que en promedio se demoran 2 años en conseguir una vinculación en un área correspondiente a su formación o para promover estímulos a la formación de micro y fami-empresas de jóvenes empresarios, o, para garantizar acceso gratuito a internet en toda la ciudad. Es preferible tener a nuestros adolecentes y adultos jóvenes pegados al internet que pegados de un “bareto” o de un arma, y es posible enseñarles a manejar bien esta herramienta de la tecnología versus lo imposible que es darle buen uso a la marihuana, cocaína, bazuca, a los puñales, y changones.

Creo en la seguridad democrática. En gratitud por ella votaría por el presidente Uribe si pudiera y quisiera aspirar de nuevo a una segunda reelección para ser nuestro primer mandatario, pero también creo que nuestra responsabilidad es salvar esta generación que está entre los 15 y 25 años deambulando por las calles de nuestros barrios, buscando alternativas dignas y legales pero sometido al influjo y a la tentación del dinero fácil, y unas de esas tentaciones podría ser el convertirse en “renacuajos” de cien mil.

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