domingo, 18 de septiembre de 2011

Estrategia identificada



Hace algunas semanas, escribí una columna en la que albergaba la esperanza, que aquel que han sido víctima, no se convirtiera en victimario. Sin embargo, albergar esa esperanza fue en vano, porque muy por el contrario, “el bienamado”, contrato a quien fue su victimario, aquel que lo calumnio, aquel que en sus propias palabras, considera que la “ética es para los filósofos” y que trata de explicarlo, diciendo que su ética es decir la verdad y que reconoce que fue él, quien se encargo de desprestigiarlo; para con él, planificar, ejecutar e involucrar a muchos de sus seguidores, en la campaña más sucia que hayamos conocido en Medellín y Antioquia.
Se sabía con antelación, que haciendo honor a uno de sus apodos, la campaña de “el bienamado” tendría 15 refritos, infundios o calumnias, con las cuales pretenderían desprestigiar a Aníbal Gaviria; ya han soltado 7 y ahora sin sonrojarse promueven otras dos: ya dicen que Gaviria privatizara a EPM y que le entregará el Transito a la Policía Nacional. Ni lo uno ni lo otro es cierto y Aníbal ya ha tenido la oportunidad en público y en privado de desmentirlo, como lo hizo el pasado viernes 9 de septiembre, en Así va Antioquia, donde categóricamente manifestó: “En mi gobierno, las Empresas Publicas de Medellín no serán privatizadas, por el contrario serán fortalecidas como patrimonio de todos los ciudadanos de Medellín…” igual afirmación ha hecho con lo que respecta al Transito Municipal.
Lastimosamente “el bienamado” y su asesor, tomaron la decisión de ensuciar no solo la campaña, sino la política en Antioquia y Medellín, formando y patrocinando una generación de calumniadores y agresores verbales, que amparados en la seudonímia de las redes sociales, dan rienda suelta a todo el odio, resentimiento y ánimo revanchista, por aquellos a quienes sindican de haberles quitado el poder y quienes les ponen en riesgo la posibilidad de volver a hacer con lo público, lo que se les viniera en gana. ¿Por qué tanto resentimiento? Esta podría ser una campaña del más alto nivel intelectual, por las calidades de los candidatos, pero las propuestas de unos, se ven opacadas por los agravios de “el bienamado” y sus cortesanos, que aprovechan algunos medios incautos para hacer del escándalo noticia.
Han utilizado indebidamente, medios tan prestigiosos y respetables como El Espectador y la revista Semana entre otros, en la estrategia del “asesor sin ética”, haciéndolos publicar sus comentarios difamantes o los de terceros, las opiniones virtuales de columnistas “fletados”, o las encuestas inventadas por amigos que en vez de ayudar, les hacen daño; para después decir que no fue él quien lo dijo, si no estos medios. Es como si mañana yo dijera que lo que aquí escribí, no fue Carlos Mario Montoya, si no el periódico El Mundo. Yo no puedo ser mi misma fuente. Una cosa es quien lo dice o escribe y otra quien lo publica.
Estrategia identificada: calumniar; hacerse entrevistar, escribir y decir; hacer publicar; señalar como fuente de la calumnia al medio que la publico y no a la fuente que la inventó y entregó; y ahora, arreciar. ¡Que lastima!

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