jueves, 13 de mayo de 2010

De parques a marihuanódromos

Siendo el doctor Luis Pérez Gutiérrez alcalde de la ciudad de Medellín, se inicio un programa consistente en hacer cerramientos con cercos en madera inmunizada a todas las zonas verdes de la ciudad, incluyendo el paseo del rio, los alrededores de la plaza de toros, las zonas cercanas a la unidad deportiva y así sucesivamente, cuanto espacio público que con algo de manguita existía, fue cercado cual potrero de rico hacendado. En ese momento no compartí esa decisión por que tengo la convicción que los espacios públicos son para el disfrute de todos los ciudadanos y las zonas verdes para que se caminen y para que los menores jueguen. Hoy al ver el estado de este cerramiento, más convencido estoy que fue un error haberlo hecho y mucho más no proveerle el mantenimiento suficiente.
Muchos venimos reclamando la necesidad de más espacios, donde los habitantes de esta dura ciudad podamos disfrutar de momentos de tranquilidad y de gozo con nuestros hijos, solo dedicados a la contemplación del paisaje, a caminar, a ver pasar y saludar a conocidos y desconocidos. Con este propósito le hemos propuesto a diferentes administraciones de Medellín, incluyendo la actual, que aquellos lotes grandes propiedad del municipio, que puedan ser adecuados mínimamente, con una infraestructura básica, senderos, iluminación y suministro de agua, sean abiertos y así poder empezar a recuperar esos espacios que en una ciudad tan densamente poblada venimos perdiendo. He propuesto que terrenos como el del vivero municipal, ubicado en el barrio Manila, sea abierto al público, se derribe la malla y se le ponga vigilancia. Igualmente he propuesto que aquellos grandes terrenos que los particulares tienen para engorde, puedan ser sujetos, vía acuerdo municipal, de una exención de impuestos si se permite abrirlos al publico por un periodo mínimo de tres años, sin que el municipio tenga que hacer grandes inversiones en ellos, solo adicionando a las que ya mencione, vigilancia y mantenimiento.
Creo que la ciudad debe recuperar y encontrar más espacios para respirar, caminar, descansar, leer o si bien se quiere para no hacer nada. Ojala pudiéramos salirnos de los centros comerciales para los parques, los senderos y los jardines. Pero ojo primero recuperemos lo que tenemos, los pocos espacios públicos de la ciudad están invadidos por los viciosos, hoy estos espacios son territorio de los bandidos y la delincuencia. ¿Quién se atreve a ir a un parque, o a caminar por una zona verde con sus hijos a riesgo de ser atracado, insultado o simplemente sometido a ver como los jóvenes de la ciudad consumen marihuana, perico o bazuca? ¿Cuantas bancas de los parques o bulevares construidos recientemente en la ciudad, se encuentran vacías u ocupadas por un ciudadano que no esté consumiendo drogas? ¿Cuantos multifuncionales infantiles si no están dañados, no están ocupados con vigorosos marihuaneros haciendo barras, impidiendo que un menor se acerque allí? ¿Cuantas placas polideportivas o canchas de futbol no se inutilizan los fines de semana de cuenta del sancocho que hacen los parceros para calmar la resaca del día anterior?
Este es un clamor de ciudadano y de padre de familia, que quiere como muchos de sus habitantes caminar y disfrutar de una bella ciudad, en la que estamos haciendo un gran esfuerzo para sentirnos orgullosos de ella, pero que no quiere que el disfrute pase a ser una lección rápida y practica de la degradación que sufren las nuevas generaciones de Medellín, el clamor es para los ciudadanos viciosos o no, para la fuerza pública y para las autoridades de Medellín. ¡No permitamos que los parques se conviertan en mariuanódromos¡.

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